Mi vida como Sugarbaby -Final
Arturo por su parte llevó las dos manos al impresionante culo que tenía delante dejando a Andrea sin estimulo, lo que hizo que llevara su mano a su entrepierna y se masturbara ella misma. Harta de no ser tendida se bajó del respaldo y se puso al lado de María, para masajearle succionarle ella los pezones, ya que yo me había bajado a dar sexo oral a la mujer madura.
Tras los sucesos de la anterior noche, Andrea y yo estuvimos más unidas que nunca, hasta que un día nuestro casero llamó a la puerta.
Pedro: Bueno putas, vengo a cobrar mi deuda. ¿Estáis preparadas?
Carla: Lo vamos a hacer, pero nada de insultos.
Pedro: Vamos hombre, pero si eso es a lo que os dedicáis, ¿no? Vendéis vuestro precioso cuerpo adolescente por dinero.
Andrea: Nosotras no hacemos eso, viejo asqueroso.
Pedro: No me insultes o va a ser peor, putilla.
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