Frente al espejo
Dar las gracias a mi Señor por cada caricia que me da
Me observaba a mí misma frente al espejo mi Señor se acercó con la fusta, y rompiendo por completo la calma, azotó mis nalgas, me contraje, lo hizo en 5 ocasiones, de mi boca entre-abierta, caía un hilo de saliva.. respiré profundo, tomando aire y fuerzas “Gracias Mi Señor” atino a balbucear, mientras El retomaba la fusta y daba nuevos azotes contra mi pubis, yo contraía mis músculos cada vez que veía acercarse la fusta. “Gracias Mi Señor” repetía mientras recuperaba el aliento.
Comenzó a azotar...