La humillación de Carmen
Camisa blanca, pajarita, falda... Elegante. Impecable camarera de hotel. La peor enemiga de mi novia.
Una noche de hotel y pasar el día siguiente en la playa. Un plan normal, relajante, para desconectar. Un año de relación, veintiocho años cada uno, a lo que hay que sumar ese morbo que desprende una habitación de hotel. No sé qué tienen. ¿Qué apenas hay una cama y una tele? No lo sé, pero el hecho de entrar en un hotel con mi pareja es sinónimo de sexo. Siempre.
Además era un buen hotel, todo pulcritud, educación y buenas maneras. Mucho “por favor” y mucho “usted”, mucho “me permite” y mucho “aquí tie...