Amor en la biblioteca

Cuando estudiaba la carrera universitaria acudía siempre a la misma biblioteca. A dicho lugar acudía igualmente una morenaza que por un tiempo me robó el corazón y me enseñó los placeres de su cama

Un día estudiando en la biblioteca como de costumbre, la chica que ocupaba mis pensamientos se sentó justo en el asiento de al lado, a mi derecha. Me sonreí por dentro, no podía creerme que aquella preciosidad que día tras día la seguía con la mirada en la biblioteca, la tuviese a mi lado. Mientras se sentaba cruzamos la mirada y nos sonreímos.

Hacía calor, llevaba una faldita bien corta y un escotazo. Simplemente era perfecta. Tenía unas piernas preciosas y un culazo...un culazo.

En un descanso...