Una herramienta quebrada VIII
Mire aquel chico sobre su cama, sus piernas aferradas a las de Santiago, me quede en silencio que podía decir que ya no fuera visto; trague saliva antes de dar la vuelta.
La imaginación nos permite situarnos en su posición, concebir que padecemos los mismos tormentos, llegar a ser en alguna medida una misma persona con él y formarnos alguna idea de sus sensaciones e incluso sentir algo parecido; pero jamás de la mima forma eso es escalofriante. Podrías mirar a otro lado…
Una herramienta quebrada.
Capítulo VIII.
Santiago.
Lo espere en medio del parque con una rosa en la mano totalmente nervioso, mirando en la oscuridad la luna posarse en lo alto...