¡Sorpresa!
No pedi ser padre, pero el destino me reservo una dulce sorpresa.
Sorpresa
Carlos era un hombre de treinta años de complexión fuerte, rapado pero con una coleta de caballo en la parte de atrás de la cabeza, tenia un buen trabajo de informático, disfrutaba con sus programas, pero no le gustaba atarse a nadie, disfrutaba de su libertad, cuando no trabajaba, se iba a una habitación y veía las fotos de las chicas que sedució tenia una envidiable colección, recordaba todos y cada uno de los ratos de cama que tuvo con ellas, se detuvo a coger una foto, una chica pel...