Sometida por el padre de mi mejor amiga

El señor Anderson me chantajeó con vídeos íntimos que vendía en internet para convertirme en su putita personal.

Cuando conocí a Sophia en el primer día de preparatoria jamás hubiera pensando que un día su padre me amenazaría y me obligaría a tener sexo con él.

Era mi mejor amiga, y la quería mucho. Mientras yo era más tímida y callada, ella era extrovertida y tenaz. Conocí a su padre, el señor Anderson, dos meses después de haber iniciado clases. Era un hombre de cincuenta años. Alto, fornido y con apariencia sería. Cuando lo vi por primera vez me intimidó, su presencia era aplastante. Era divorciado desde hace...