La granjera
Mi vida cambió con la ayuda de una sucia granjera.
La granjera
Cuando me quedé sin empleo me trasladé a vivir a una pequeña aldea de montaña. Allí enseguida encontré empleo en una pequeña explotación agrícola que regentaba una señora que hacía poco que había enviudado y necesitaba ayuda para llevar la finca. Carmen, que así se llamaba la dueña, es una estupenda mujer de 42 años, morena, de pronunciadas curvas aunque no gorda, donde resaltan sus grandes pechos y su soberbio culo.
Los primeros días transcurrieron con normalidad, trabajando c...