El Ascensor y mi mujer (II)

La complicidad del vecino que se ha follado a su mujer hace que le ofrezca a su hermana, un buen putón verbenero. Pero no tanto como la esposa que se tira al vecino delante de sus narices y en su propia cama, ofreciéndole el culo como regalo final.

Después del episodio en que mi mujer se cepilló al vecino en el ascensor pasó un tiempo en el que, fuera de malos rollos y sin que mi vecino Rafa supiera que yo les había visto, entablamos cierta amistad. También era aficionado a la fotografía y eso fue motivo de que algunos días incluso pasara a tomar café para charlar del tema. Otras veces habíamos quedado para ver, por la tele, partidos de fútbol juntos ya que nosotros disponíamos de decodificador.

Con la confianza, detectó el interés que yo tenía...

El ascensor y mi mujer (Continuación)

Esta es la continuación del relato de EL ASENSOR Y MI MUJER.

Después del episodio en que mi mujer se cepillo al vecino en el ascensor pasó un tiempo en el que, fuera de malos rollos y sin que mi vecino Rafa supiera que yo les había visto, entablamos cierta amistad. También era aficionado a la fotografía y eso fué motivo de que algunos días incluso pasara a tomar café para charlar del tema. Otras veces habíamos quedado para ver, por la tele, partidos de fútbol juntos ya que nosotros disponíamos de decodificador.

Con la confianza, detectó el interés que yo t...

El Recalentón de mi mujer

Una pareja sale de cena, se toman unas copas y ella se va al servicio de señoras. Tarda en volver y el marido al buscarla presencia como se la están tirando dos hombres y ella disfruta como una loca.

Fue antes del verano, en una noche de viernes de las que salíamos, mi mujer y yo, a cenar por ahí y a tomar una copita en algún pub de moda. Los niños con los abuelos hasta el día siguiente.

No era muy frecuente, pero de cuando en cuando nos obligamos a salir para romper un poco la monotonía y el "apalanque" en casa. Además, esto a mi mujer la ponía caliente; la cena en un restaurant, el vino, las miraditas de los tíos. Luego, ya entonada, el cubatita, los roces con la gente, más miraditas, sonrisas,...

El Ascensor y mi mujer

Un marido observa cómo su mujer es follada por el joven y apuesto vecino, dentro del ascensor. Al llegar a casa remata el trabajo tomándola contra la pared, en la entrada de la casa.

Sé que lo de hacerlo en un ascensor puede sonar peliculero, pero cuando a Eva, mi mujer, le llega la explosión pasional, me parece que no le importa mucho el lugar. Esto nos ocurrió cuando todavía no teníamos hijos.

En el mismo rellano de nuestra escalera, no hacía demasiado que había venido a vivir un matrimonio ya mayor, un par de vejetes entrañables, pero cual no fue mi sorpresa al coincidir un día en el ascensor con una chavala que estaba buenísima, como hacía tiempo que no veía y que iba al mismo...