El Ascensor y mi mujer (II)
La complicidad del vecino que se ha follado a su mujer hace que le ofrezca a su hermana, un buen putón verbenero. Pero no tanto como la esposa que se tira al vecino delante de sus narices y en su propia cama, ofreciéndole el culo como regalo final.
Después del episodio en que mi mujer se cepilló al vecino en el ascensor pasó un tiempo en el que, fuera de malos rollos y sin que mi vecino Rafa supiera que yo les había visto, entablamos cierta amistad. También era aficionado a la fotografía y eso fue motivo de que algunos días incluso pasara a tomar café para charlar del tema. Otras veces habíamos quedado para ver, por la tele, partidos de fútbol juntos ya que nosotros disponíamos de decodificador.
Con la confianza, detectó el interés que yo tenía...