Mi cuñadita me enseño que era una buena mamada.

Mientras mi cuñada y yo esperábamos a mi novia en casa, decidimos matar el tiempo, y que mejor forma de hacerlo que ponerme supercachondo con una de esas mamadas que no se olvida nunca.

Jeni, mi novia y yo decidimos irnos a vivir juntos, alquilamos un apartamento a las afueras de la ciudad. A veces la hermana menor de mi novia, Dayana, se solía quedar también quedar algunos días con nosotros. A pesar que era una chica guapa y tenía su atractivo, yo la miraba como la hermana de mi novia, y no como una chica cualquiera. Muchas veces cuando venía al apartamento se quedaba unas horas conmigo hasta que su hermana llegara de trabajar, allá sobre las 10 de la noche. Luego cuando ella llegaba cená...

Las aventuras con mi nueva vecina

Alicia tenía unos 40 años, era la madre de un amigo y recién se había mudado al lado de mi cada. Después de verla desnuda, los astros se unieron para que acabase con ella echando polvos de categoría.

Todo comenzó ya hace unos años, vivía en un edificio, y justo en la vivienda al lado de la mía, se mudó una mujer con su hijo. Ella se llamaba Alicia, y tendría unos 40 años mas o menos. Su hijo, Óscar, tenía 16 años, y pronto mi hice amigo de él. Salíamos a pasear con la bici, a jugar al futbol con otros amigos, muchas veces iba a mi casa o yo a la suya a jugar con la consola, en fin, hacíamos cosas de amigos. Al principio tengo que reconocer, que Alicia no me atraía de manera especial, a pesar de que tení...

Las clases de química acabaron en una

Todo parecía normal, un chico que da clases particulares de química a tres chavales, pero finalmente tomo un cariz desenfrenado y de locura gracias a la fogosidad desbordante de estos tres jóvenes de secundaria.

Era mi último año de carrera, y como estudiaba fuera, necesitaba dinero para mis gastos, así que decidí dar clases particulares a chicos de secundaria.

Las clases obviamente las daba en el piso que tenía alquilado, y no tardé mucho en conseguir varios grupitos de chicos para darles clase. En uno de ellos, en los que daba química, tenía a dos chicos y una chica; Óscar, Javier y Leticia, y la verdad, como se suele decir coloquialmente, Leticia era un poco guarrilla, siempre traía ropa muy provocadora, o...

Una acampada que hizo despertar nuevos instintos

Esta historia es real, yo tenía 18 años y fui con mi primo a una acampada, todo fue bien hasta que de pronto me surgió unas ganas enormes de comerle la polla, jamás había sentido eso por un hombre. Aunque al principio costó, al final logré mi objetivo.

Voy a contar una historia que fue cierta y real, no es inventada ni una fantasía. Para mi es muy importante lo que ocurrió, por que despertó en mí, algo que nunca había sentido y que ahora siento todos los días.

Todo comenzó ya hace un tiempo, yo tenía 18 años, y mi familia tenía la costumbre en verano de acampar en una playa, veces solo o veces con otros amigos o familiares. Un año, junto con mis padres y mi hermano, vino con nosotros un primo, Raúl, que por aquel entonces tenía 15 años y no vivía en...