Mi cuñadita me enseño que era una buena mamada.
Mientras mi cuñada y yo esperábamos a mi novia en casa, decidimos matar el tiempo, y que mejor forma de hacerlo que ponerme supercachondo con una de esas mamadas que no se olvida nunca.
Jeni, mi novia y yo decidimos irnos a vivir juntos, alquilamos un apartamento a las afueras de la ciudad. A veces la hermana menor de mi novia, Dayana, se solía quedar también quedar algunos días con nosotros. A pesar que era una chica guapa y tenía su atractivo, yo la miraba como la hermana de mi novia, y no como una chica cualquiera. Muchas veces cuando venía al apartamento se quedaba unas horas conmigo hasta que su hermana llegara de trabajar, allá sobre las 10 de la noche. Luego cuando ella llegaba cená...