Nuevo local, vieja amiga
Una pequeña introducción y mucho, muchísimo sexo...
Se llamaba Vanesa pero se hacía llamar Van. Era el primer día que pasaba en su nueva casa y todavía tenía todos sus muebles arrinconados en una habitación, todas sus cajas apiladas en otra. Tenía pocas pertenencias, lo cual había facilitado mucho la mudanza.
Su nuevo hogar constaba de dos plantas, con un jardín que lo rodeaba por completo. Grandes ventanas seducían a la luz del sol, que descansaba sobre el suelo de madera de su largo viaje.
Arrugó un poco la nariz cuando fijó la vista en el...