La promesa (parte VII)

¿Hasta qué punto es bueno olvidar algo? No se puede ocultar algo para siempre.

Poco después de llegar a Islandia volvimos a embarcar, esta vez hacia Isortoq. Habíamos dejado correr la noticia de que iríamos a Frederiksdal, así que teníamos una ventaja de cinco días, como mucho, suficiente para intentar llegar, al menos, a las inmediaciones de los territorios de la Gran Sacerdotisa. No nos fue difícil encontrar un guía que nos permitiese avanzar sólo durante la noche para poder descansar por la mañana. Nos las habíamos arreglado para hacer esa ruta aún con una temperatura mínima de -30...

Me enamoré de una mujer adictiva (parte II)

Todo aquello en lo que había creído era una ilusión... ¿o era ella la ilusión?

Cuando me desperté a la mañana siguiente ella ya no estaba allí. ¿Qué clase de chica era Mika? ¿Quién era? Me di cuenta de que no la conocía de nada, de que me había acostado con una mujer de la que solo sabía el nombre, a qué se dedicaba y su gran pasión.

Me levanté de la cama y fui a buscar mi movil, que había quedado olvidado en el baño. Tenía varias llamadas de Kaito, el batería del grupo en el que trabajaba. Él siempre se preocupaba por los demás y había prometido llamarle en cuanto aterrizase en...

La promesa (parte VI)

Tuvimos que irnos lo más rápido que pudimos, una Diligente vino a ayudarnos

El amanecer nos despertó a los dos. Me había quedado dormido cerca de las cinco, mientras que él se durmió poco después de taparse con las mantas. Estaba muy cansado, y en parte era culpa mía. Hacía tanto tiempo que no deseaba a alguien que había hecho prácticamente lo mismo que Sebastian, pero no quería que corriese ningún riesgo, así que decidí transformarlo cuando él me lo pidiese, si quería que lo hiciese. Todavía dormía cuando yo abrí los ojos, y lo primero que hizo fue besarme y a pesar de que le habí...

Me enamoré de una mujer adictiva (parte I)

Ella me envenenó por dentro desde el primer momento. Es mi droga, yo su sirviente. Entonces no me amaba, pero yo me enamoré de ella nada más verla.

Antes de empezar a contaros esta historia permitidme que me presente. Mi nombre es Yamashita Kai. Sí, soy japonés, pero rompiendo el mito de que la tenemos pequeña, te diré que a ella le hice daño la primera vez, y eso que no era virgen, pero sí muy inexperta. Tengo el pelo teñido a varios colores, los ojos grises y la piel clara. Soy bastante alto, 1,70, fuerte y, bajo su punto de vista, muy guapo. Claro que para ella todos los japoneses lo somos. Eso me hace sentir un poco celoso, pero no puedo cambiarla,...

La promesa (parte V)

Conocí a alguien, y me sentí más confuso y asustado que nunca.

Cuando llegué a París me metí en la primera posada que encontré y me tumbé en la cama. Me sentía solo, triste y desamparado. Sebastian ya no estaba a mi lado, ya nunca más volvería a ver la sonrisa que tanto me gustaba ni volvería a oír su voz aterciopelada y seductora. Le necesitaba desesperadamente y no sabía cómo iba a continuar viviendo, pero se lo había prometido. Cerré los ojos y lloré. Sí, los vampiros lloramos, pero a diferencia del resto de las especies de este mundo, nosotros lloramos sangre. Llor...

La promesa (parte IV)

Las desgracias nunca vienen solas, y yo estaba a punto de descubrir hasta qué punto puede llegar a ser injusta la vida.

Me desperté de golpe y miré a mi alrededor. Había tenido una pesadilla y en ella me encontraba de nuevo en la celda, obligado a acostarme con Melian y violado una y otra vez por Albert. Me llevé las manos a la cabeza y revolví mi cabello. Sebastian aún estaba adormecido y yo me levanté de la cama y caminé hacia la ventana para sentir el aire de la noche en mi piel. La luna llena me recibió y yo sonreí. Normalmente a los vampiros no nos gusta la luna llena, pero yo era una excepción. Me encantaba el tenue br...

La promesa (parte III)

Ocurrió algo que hizo que todo cambiase, y mi felicidad se esfumó casi por completo

Me desperte cerca de la medianoche. Estaba en un lugar extraño, no lo conocía. Había recorrido la casa de Sebastian cientos de veces y conocía ya todas y cada una de las habitaciones, incluido el sótano y el desván, pero ese lugar... no estaba en casa. ¿Dónde estaba? No entendía nada y sabía que él jamás me haría daño.

Era una especie de celda de piedra, muy húmeda, con una puerta de madera cerrada y un camastro aún más incómodo que la cama de mi habitación en Tarragona. Me levanté de la cama para int...

La promesa (parte II)

Desperté en sus brazos, en Madrid, y sus labios fueron lo primero que encontré cerca de mi.

A la noche siguiente la calesa fue a recoger a Sebastian. Yo ya no tenía nada allí, todo había desaparecido, y él insistió en que le acompañase, a pesar de que yo no conocía nada más lejos de mi bosque. Fui con él, y cada detalle que veía me asombraba, pero no podía acercarme mucho, pues el sol me hería como el fuego. Tardamos poco menos de tres días en llegar a Madrid, y a mi me parecía enorme, nada comparado a lo que había visto en toda mi vida, aunque añoraba mi bosque, el olor puro del aire de Tarragona...

La promesa (parte I)

Hace varios años hice una promesa, de la que siempre me he arrepentido. No quiero romperla, no quiero perderle.

Lo que os voy a contar es algo que muy poca gente cree, algo que se escapa a la imaginación de cualquiera. Lo primero que tenéis que saber es que no soy normal. Sé que os resultará increible, pero soy un vampiro. No, no estoy mintiendo ni estoy loco. Es la verdad, lo juro. Creedme, ojalá fuese mentira. Mi vida sería mucho más fácil de soportar.

Nací en 1643, en un pueblo cercano a lo que ahora es Tarragona. Mi casa estaba cerca del bosque, en la ladera de una pequeña montaña. Un día algo pasó, algo qu...