Buenas amistades
En la playa se hacen buenas amistades, como le ocurre a nuestro protagonista que acaba gozando por igual de madre e hija, a cual más caliente y fogosa.
Os voy a relatar la aventura que he tenido durante mis vacaciones. Marché de vacaciones con mi mujer a la Costa Brava, casi cada día íbamos a la misma playa y más o menos siempre nos situábamos en el mismo sitio (delante del chiringuito). El primer día, me fijé en una familia que teníamos a escasos 3 metros de nosotros. El marido era el típico hombre de unos 45-50 años, que siempre se sitúa debajo de la sombrilla a leer el periódico, la mujer, Sonia, debería tener unos 40 años, morena con el pelo largo, alt...