La diosa, la bestia y el bastardo 10

Una nueva entrega y en verdad disculpas por la demora

— ¡NO TE RÍAS ESTÚPIDO NO ES GRACIOSO!— le reclamaba enojada Andrea a Manolo tras contarle lo mas relevante de la discusión con Nersy— De ahora en adelante quiero que antes de que salgas a donde sea primero me avises, si hubieras estado aquí, esa estúpida no me hubiera tocado un solo cabello.

— ¡Faltaba mas!— comentó burlón Manolo.

— ¡Ohhhhhh pero se va arrepentir Manolo eso te lo garantizo!;

— ¡Ya Andrea, cálmate, contrólate por favor!— le habló Manolo abrazándola y besándola tiernamente...

La diosa, la bestia y el bastardo 9

Nersy tan solo sonrió y se hizo la fuerte para demostrarle a aquella odiosa muchacha que la ruptura entre ellas no le afectaba.

— ¡Quieto perro!— jugaba Andrea a la medida de su gusto con Manolo al provocarlo con sus besos y caricias.

El joven se rehusaba con su sagrado pretexto y creencia de que eran hermanos, solo que ahora, aquello no le funcionaría al estar en las redes de Andrea.

— ¡Por favor Andrea somos hermanos!;

— ¡Que no pendejo no jodas con eso! Además, recuerda que tengo algo que mostrarle a mami así que se bueno y tierno conmigo— le decía divertida, echada sobre el cuerpo de Manolo con los labios mordi...

La diosa, la bestia y el bastardo 8

Manolo se entristeció al ver que Andrea egoístamente, lejos de preocuparse por su amiga, no le dio mayor importancia al tema.

— ¡POR QUÉ DEMONIOS NO TOCAS!— gritó la muchacha llorando avergonzada; instantes después, Andrea se llevó las manos a la cara ocultando su rostro y rompió a llorar desconsoladamente.

Manolo había entrado con tan mala fortuna para Andrea en el preciso momento en el que ésta se masturbaba, se proporcionaba placer mirando una película pornográfica; más bien, una película totalmente orientada en el BDSM.

Manolo se demoró para lograr actuar y articular palabra. La impresión mas fuerte se la había lle...

La diosa, la bestia y el bastardo 7

Tercer capítulo de esta segunda etapa.

El tiempo seguía su marcha y con el paso de éste, aumentaba la belleza de Andrea y lastimosamente también aumentaba la fealdad en Graciela pero quien estaba convertido en un auténtico caos era Manolo; sentía en ocasiones que la cabeza le iba a explotar de tanto pensar y de pensar dar paso a atormentarse con tantas cuestiones relativas a su loca pasión por los pies de Andrea.

El principal problema para Manolo lo representaba esa contradictoria situación que lo envolvía y absorbía por completo pues el p...

La diosa, la bestia y el bastardo 6

Una nueva entrega de esta segunda etapa.

— ¡Maaaaaaanooooolo mas cacahuates!— gritó Andrea enfadada por tercera vez. Segundos después de ese tercer grito el joven hacía acto de presencia en la sala con los mentados cacahuates.

— ¿Por qué demonios te tardas tanto?;

— Quizás por que ando por ahí perdiendo el tiempo como ciertas personas— respondió el joven con sarcasmo a su hermanita y a Nersy que efectivamente tan solo mataban el tiempo platicando de asuntos sin interés en la sala; por lo contrario Manolo no paraba con tantas labores, l...

La diosa, la bestia y el bastardo 5

El inicio de la segunda etapa.

DE LOS 14 A LOS 17 AÑOS.

Andrea Mendoza no podía tener una vida mas placentera de la cual gozaba claro está, en la medida de sus posibilidades. Su belleza era su mejor arma en complicidad con esas hechizantes miradas y seductoras sonrisas que no dejaban otra opción que entregarse con el alma a la santa voluntad de la joven.

Lo cierto era que Andrea en compañía de su amiga Nersy continuaban destrozando corazones, amargando la existencia de muchos y muchas. Las chicas gozaban en extremo ser l...

La diosa, la bestia y el bastardo 4

Final, primera etapa.

LA DIOSA, LA BESTIA Y EL BASTARDO 4

— ¡Dale Manolo apúrale!— le exigía Andrea medianamente divertida, medianamente con una expresión de asco.

La niña a sus once años no hacía muchas cosas por sí misma; entre ellas, no se limpiaba después de ir al baño si no era con la ayuda de Manolo que siempre era quien terminaba haciendo todo pues la niña no cooperaba pero ni moviendo un solo dedo.

¡Bendita cruz con la que cargaba Manolo! Pero la resistía y se llenaba de dicha con una sola sonrisa s...

La diosa, la bestia y el bastardo 3

Manolo rompió a llorar como un niño y Andrea que era la niña, sonrió burlona y despectiva; muy lejos estaba de sentir pena por aquel joven.

LA DIOSA, LA BESTIA Y EL BASTARDO 3

Aquellos días en los que por un motivo u otro no asistían al colegio, el infierno se multiplicaba en la casa; lo mismo sucedía los fines de semana con Andrea esmerándose en ser insoportable con Graciela y para variar, invitaba a Nersy a su casa para que unieran fuerzas en contra de la “Bestia” como solía llamarla Andrea.

Justamente iniciaba uno de esos días en los que se vieron libres de colegio. Andrea permanecía cómodamente en su mueble favorito con las...

La diosa, la bestia y el bastardo 2

El niño con la cara roja como un tomate, se acomodó a cuatro patas y gateando avanzó hacia el interior de la habitación. Andrea y su amiguita estaban sentadas a orilla de la cama y se partían de risa ante lo ridículo que lucía el gordo niño, gateando en dirección hacia sus pies.

LA DIOSA, LA BESTIA Y EL BASTARDO 2

Días después, tocaban a la puerta del domicilio de Andrea. Manolo abrió y se encontró con la presencia y sonrisa de Mauricio; un niño, compañero de la escuela de su hermanita. Mau, lo llamaban comúnmente.

— ¡Quedé con Andrea para realizar nuestras labores!— le comunicó muy orgulloso y respetuoso el atractivo aunque pasado de peso niño.

— Está en su recámara con Nersy, pásale— le respondió Manolo.

Sin perder tiempo, Mau subió tan rápido como le...

La diosa, la bestia y el bastardo 1

Comparto la primera etapa de una larga historia, dicha etapa consta de 4 capítulos. La historia la tengo concluída mas no transcrita a la pc, no me es posible por el momento escribir y transcribir a gusto; causas ajenas a mi voluntad así que tan solo compartiré los primeros 4 que ya están listos.

LA DIOSA, LA BESTIA Y EL BASTARDO 1

Desde muy pequeña, Andrea Mendoza estuvo consciente de que había nacido para gobernar la vida de todo aquel que se cruzara en su camino. Esa seguridad y soberbia aplastante que mostraba a lo que se le sumaba su vanidad y su belleza le servían para hacer con cualquier persona lo que se le antojara.

Solo habían dos opciones para cualquier mortal: entregarse al capricho y la voluntad de aquella joven sin ofrecer resistencia alguna o intentar enfrentarla y des...