Luna de miel
Tengo que ver sin protestar como seducen a mi novia, que pasa de ser una mujer fiel a una zorrita.
Habíamos ido a pasar nuestra luna de miel a un complejo hotelero del Caribe. Un paraíso en el que se desarrolló una de las experiencias más excitantes de nuestra vida. Eva, mi mujer, tenía entonces 24 años. Morena y bajita, tenía un cuerpo de curvas rotundas, un culito respingón y unos pechos grandes, coronados por unos pezones sonrosaditos... y muy sensibles.
La segunda noche fuimos a la disco del hotel. Ella llevaba un vestido verde, largo, pero con una insinuante raja en el costado, que dejaba...