Fuego bajo el tablero
Una partida de ajedrez muy sufrida.
FUEGO BAJO EL TABLERO
Era el penúltimo día del torneo de ajedrez. Si ganaba aquella partida, podía optar al día siguiente por los primeros puestos, lo que suponía una ganancia de al menos 600 euros. Nunca había llegado tan lejos, toda la gente me miraba con admiración y algo de sorpresa. "Mira, ese no debe de ser malo" decían, y me sentía orgulloso y radiante. Lógicamente, aquella tan decisiva partida sería ante un rival de enorme fuerza, hasta ahí solo llegan los mejores. Consulté la tabla...