Tu debajo de mi mesa
Tu ultima perversión, dominarme en el trabajo por medio de internet.
Como cada mañana al llegar al trabajo disfruto de unos minutos para plasmar en un simple correo electrónico lo mucho que he pensado en ti durante la noche, abro el correo y te cuento que he soñado contigo, algo habitual desde que has pasado a formar parte de mi vida.
Al poco tiempo vuelvo al servidor y compruebo si tienes alguna respuesta para mi, y ahí esta tu mensaje de buenos días.
La mañana sigue pero de nuevo me encuentro con una proposición indecente y nada menos que en el medio de la...