La chica del pelo rojo. 7: vendaval de sexo
Mi novio al fin desgarró mi vagina, eso sí, con la ayuda de mi hermana.
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Días después seguía esperando noticias de mi novio, trabajando en la cafetería y cada vez más desanimada; lo estaba porque aquella maravillosa tarde se había convertido en “desdichada tarde ”. Es evidente que para él fui un simple desahogo, el capricho de colarse entre las piernas de “la chica del pelo rojo” , como él me llamaba. Habían pasado diez días sin saber nada de Fran y, aunque cada noche me refugiaba entre los brazos de mi hermana mientras ella me consolaba, ¡ya nada era lo mismo,...