Una gota
Una fiesta y un encuentro inesperado entre la humedad y los ojos de las iguanas.
UNA GOTA
Para Marcos, a quien todavía no conozco.
Apresuré el paso para no llegar tarde a casa de Diana, cerca del Tribunal de Cuentas, donde ella daba una pequeña fiesta. Llegué hasta allí caminando desde mi casa; si hay tiempo suficiente me gusta andar. Diana, amiga del instituto, cercana a la treintena, un año mayor que yo, celebraba fiestas entre amigos de distinta procedencia, e invariablemente se empeñaba en que acudiera, a pesar de mis negativas frecuentes, motivadas por la timidez. ...