Un fin de semana. Final.

Al cabo de un buen rato nos quitaron el celofán y nos llevaron a un cuarto, allí nos hicieron lavarnos y de paso, tanto Marta como Rocío, nos curaron las heridas, nos mimaron, besuquearon y ns quedamos las cuatro dormidas hasta que la luz del día inundó la habitación, está luz me despertó y me encon

Al cabo de un buen rato nos quitaron el celofán y nos llevaron a un cuarto, allí nos hicieron lavarnos y de paso, tanto Marta como Rocío, nos curaron las heridas, nos mimaron, besuquearon y ns quedamos las cuatro dormidas hasta que la luz del día inundó la habitación, está luz me despertó y me encontré al lado de mercedes, ambas desnudas y solas en la habitación.

Mercedes se despertó, me miro y se abrazó a mi, estuvimos abrazadas hasta que entraron Marta y Rocío con una bandeja llena de un café humeant...

Dos semanas

Me llamo Felipe, 189 de alto y algo de tripa, unos 110 Kg., más bien caso calvo, es decir, no soy ninguna maravilla de modelo. Navegando por Internet se me ocurrió mirar los anuncios de amas buscando esclavos, era una fantasía que desde pequeño llevaba dentro, pero que de momento no había hecho realidad, simplemente fantaseaba con ello.

Dos semanas

Me llamo Felipe, 189 de alto y algo de tripa, unos 110 Kg., más bien caso calvo, es decir, no soy ninguna maravilla de modelo.

Navegando por Internet se me ocurrió mirar los anuncios de amas buscando esclavos, era una fantasía que desde pequeño llevaba dentro, pero que de momento no había hecho realidad, simplemente fantaseaba con ello. Encontré, entre otros muchos, uno que decía "Ama busca esclavo para compartir con otras amigas Amas". Me llamó tanto la atención este anuncio qu...

Un fin de semana (4)

Estábamos desnudas Mercedes y yo, arrodilladas frente a Rocío y Marta. Lo primero que tuvimos que hacer fue lamerles todo el sexo y el ano, posteriormente Marta se meó en mi boca Rocío en la de Mercedes. Nos mandaron lavar y ...

Fin de semana IV

Estábamos desnudas Mercedes y yo, arrodilladas frente a Rocío y Marta. Lo primero que tuvimos que hacer fue lamerles todo el sexo y el ano, posteriormente Marta se meó en mi boca Rocío en la de Mercedes. Nos mandaron lavar y que esperásemos arrodilladas frente a la mesa de Rocío. Así lo hicimos, ellas se fueron un momento y volvieron con la ropa para ponernos. Para mercedes un collar de perra con una corbata de cuero, una chaqueta azul marino, la cual apenas tapaba sus tetas est...

Un fin de semana (3)

Estaba temblando de frío, pues el espacio era muy reducido, la cámara no paraba de tirarme aire sobre mi piel y las piernas de ternera seguían pegadas a mi. No había luz ni tampoco se escuchaba nada.

Fin de semana III

Estaba temblando de frío, pues el espacio era muy reducido, la cámara no paraba de tirarme aire sobre mi piel y las piernas de ternera seguían pegadas a mi. No había luz ni tampoco se escuchaba nada. Esta situación era desesperante, la espera, la intriga, la oscuridad, el silencio y, sobretodo el frío hacían mella en mi piel y cerebro.

Se abrió la puerta de la cámara, la camarera llevaba un hierro que acababa en un gancho, lo pasó por el candado de los labios vaginales y...

Un fin de semana (2)

Después de pasar varias horas recibiendo castigos en el sótano me quitaron los candados de la vagina, me tumbaron boca abajo en el suelo, ataron la anilla del collar a otra anilla del suelo tan corta que sólo podía estar con la cara tocándolo sin posibilidad de girarla, los brazos en forma de cruz.

Fin de semana II

Después de pasar varias horas recibiendo castigos en el sótano me quitaron los candados de la vagina, me tumbaron boca abajo en el suelo, ataron la anilla del collar a otra anilla del suelo tan corta que sólo podía estar con la cara tocándolo sin posibilidad de girarla, los brazos en forma de cruz, completamente estirados, las piernas abiertas al máximo, causándome un dolor desesperado, azotaron fuertemente mi espalda, nalgas y piernas. Después hicieron todas sus necesidades enc...

Un fin de semana

Quedamos un fin de semana mis compañeras de oficina en la casa de campo de mi jefa, una abogada de prestigio...

Un fin de semana.

Capítulo I

Me llamo Susana, tengo 22 años soy morena y con el pelo rozando la cintura, de altura media y cuerpo atlético, ojos verdes, con unas tetas normales tirando a grandes, pero sin serlo demasiado y con los pezones apuntando hacia arriba. Me gusta vestir minifalda para enseñar las piernas y excitar a la gente y nunca me pongo sujetador. Trabajo en la oficina de una abogada junto con dos compañeras, Marta, 30 años, rubia, pelo corto ojos azules, 1,70 de altura...