Los tres hombres de la casa III

El abuelo ha recibido un dinero inesperado y se ha ido a vivir la vida. En su lugar, a la casa ha llegado Aarón, que ha hecho buenas migas con David y conoce cómo se debe entrenar a hombres beta como Rodrigo.

Aarón era un primo a quien el abu había ofrecido venir a vivir con nosotros mientras él disfrutaba de un crucero bear y los libertinos bailarines de Puerto Vallarta. Sabíamos que existía. Yo nunca le había visto en persona.

Llegó a casa el primer jueves, tras zarpar el abu hacia el paraíso mejicano.

Llamó a mi padre para concretar la hora de su llegada, por si podía ir a recogerle a la estación de autobuses. Rodrigo le dijo que no le venía muy bien porque había quedado con mamá y los abogados po...

Mi cuento de navidad: La carta a Papá Noel

Pablo es demasiado mayor para seguir escribiendo a Papá Noel. Sin embargo, el año pasado, cuando descubrió que al gordo de los regalos le gustan los chicos malos, retomó la tradición. Este es el segundo año que le escribe contándole con detalle algunas de sus travesuras.

Querido Papá Noel, en vista del éxito de mi carta del pasado año, te vuelvo a escribir, deseándote que hayas pasado unos meses de alegría rodeado de tus amigos elfos y tus renos. Un beso a Mamá Noel.

Espero que me hayas recordado al ver el remitente de la carta. Soy Pablo, ¿me recuerdas? El mismo que, hasta hace unos años, te escribía firmando como Pablito.

Ahora ya soy Pablo a secas, y el año que viene, cuando me matricule en la escuela de la Federación de Clubes, seré Pablo el entrenador, el m...

Mi cuento de navidad: La visita de Papá Noel

Pablo espera en su cuarto, a oscuras, desnudo y excitado bajo las mantas. Ha oído el balcón abrirse, los pasos sordos que se acercan por el pasillo. Está a punto de recibir el regalo que Papá Noel reserva para los chicos que, como él, han sido muy malos durante el año.

Hoy, mis colegas del Club se han reído de mí; me han llamado infantil cuando les he dicho que me iba a casa, a acostarme pronto.

En casa, mis padres me han vuelto a preguntar:

—Pero, hijo, ¿no crees que eres un poco mayor para esperar a Papá Noel?

No les hago ni caso. Me ducho, me pongo cremita hidratante en el pecho y el pubis, que me rasuré hace dos días, igual que en mi cara casi imberbe. Tengo la piel limpia, suave, preparada.

Les doy dos besos, sonrío para mis adentros y me acue...

Los tres hombres de la casa II

Los roles en casa se han definido. David, ahora, es el amante de su abuelo; se aplica en complacerle y ser complacido por su experiencia y sabiduría. Mientras, Rodrigo, su padre (e hijo del abu), ha ocupado el lugar natural que le corresponde en el triángulo familiar.

Desde ese momento, todo cambió en nuestra rutina diaria.

Yo llegaba de clase una hora antes de que papá llegara de trabajar. Durante esa hora, me ponía en la mesa del comedor a hacer tareas o estudiar mientras el abuelo cocinaba, hacía la compra o ponía alguna lavadora.

Me costaba concentrarme, pero el abuelo me enseñó que debía aprovechar el tiempo.

—¿Por qué, abu? —le dije el primer día—. Me muero de ganas de tumbarme en el sillón y que me la metas.

—Tienes que trabajarte esa ansie...

Los tres hombres de la casa

David, su padre y su abuelo comparten piso. A medida que pasa el tiempo, David descubrirá los secretos familiares más oscuros y morbosos.

No pensaba yo que cuando mis padres se separaron acabaría viviendo en el mismo piso con mi padre y, además, con el abuelo. Se llevaban unos treinta años de diferencia. Ambos eran hombres de complexión similar: mi padre algo menos gordito, sin barba, con las mismas tetillas, prominente barriga y buenas piernas.

Yo acababa de cumplir los dieciocho años y estaba todo el día ha salido. Me gustaba morbosear con las chicas de clase y cuando estaba en casa me buscaba vídeos porno en Internet. Me hacía mis bu...

Polvo con el culón y el camarero del rabo curvo

Estábamos en una cafetería del centro. Rudy me calentó con sus fotos y un vídeo en el que un supuesto primo se lo follaba. Jugando mientras lo veíamos, conseguí meterle la verga por el culo. Un camarero, con la suya por fuera de la bragueta, vino a completar la oferta del desayuno.

Quedé con Rudy el sábado a las diez de la mañana en un Pans & Company del centro de mi ciudad. Llevábamos unas semanas hablando por Badoo, app donde, pensaba yo, la gente iba tan a saco como en cualquier otra.

Le vi aparecer desde lejos, en la puerta de la bocatería.

Cuando llegó, nos «chocamos» los codos y entramos.

—Perdona la espera —se disculpó. Llegaba cinco minutos tarde.

—Tranquilo. También acabo de llegar.

Rudy, en realidad, se llamaba Rodrigo. Era un chaval de veintioc...

Sebas el padrastro, Dani el no tan inocente

Sebas, el padrastro; Dani, el adolescente no tan inocente. La noche en la que se descubren las cartas no habrá nada más entre ellos que lo compartido. Relato reescrito y ampliado.

Daniel y yo estábamos sentados en el sofá, cada uno en una punta. Mientras yo pasaba los canales de la televisión, le pregunté si no le parecía que estaba muy lejos de mí.

—Mira —dije—, estiro la pierna y casi no te toco.

En efecto, los dedos de mi pie rozaban su pantorrilla.

—Aquí estoy bien —dijo.

—Pero estarías mejor más cerca —insistí—. Anda, ven aquí.

De mala gana, se levantó y se sentó unos centímetros más cerca.

—Aquí —repetí, golpeando suavemente el asiento del so...

El regalo de cumpleaños de los hermanos gemelos II

EL COÑO DE UN PRINCESITO. Un año pasa rápido. Tras acordar en el capítulo anterior cuál iba a ser el regalo de cumpleaños, Eric ha cumplido los dieciocho. Una semana después, tienen el chalé para ellos. Eric llama a la puerta, ansioso. Y Álvaro se relame.

Para conocer el contexto de la historia, lee el relato anterior y los de la saga"El profesor de dibujo y los hermanos gemelos".

Un año después, Eric cumplió dieciocho.

Era agosto de 2020. Estábamos en plena pandemia. A la abuela, dada la situación sanitaria, le asustaba estar saliendo a la calle, por lo que Consuelo se había ido a pasar el mes con ella, a ver si las noticias dejaban de hablar de unas vacunas que no acababan de llegar. Su esposo Miguel estaba en uno de sus viajes de trabajo, al...

Rumbo al éxito, Libro I

Las peripecias de unos productores musicales que deciden montar un grupo de chicos para lanzar el "gay power" al estilo del "girl power" de las Spices Girls. Contiene el Capítulo I: La idea y la primera parte del Capítulo II: La semana de selección (lunes y martes). Léelo con calma.

I.La idea.

De vez en cuando, el mánager musical Alberto Tuñón, un musclebear cuarentón y velludo, despertaba como esta mañana, en una cama que no era la suya pero que no le era ajena, con agujetas en los muslos, el pene escocido y un agudo dolor de ojos.

Se incorporó sobre las sábanas. Los cuerpos desnudos de dos chicos que habían triunfado, pocos meses antes, en un popular programa televisivo de imitaciones, yacían a su lado. Habían mantenido una reunión para analizar cuál debía ser el sigu...

El regalo de cumpleaños de los hermanos gemelos

El beso de alcohol. Álvaro, su vecino y hermano gemelo de Samuel, prometió a Eric un regalo de cumpleaños como bienvenida a su mayoría de edad: veinticuatro horas a base de agua, pan y sexo. Así fue como se acordó.

Eric era un chubby guapo, de cabello oscuro, gruesas pestañas y una piel rosada carente de vello. Acababa de cumplir los dieciocho la semana anterior. Álvaro, que era un chaval de palabra, le prometió una fiesta en la piscina y un regalo de bienvenida a la mayoría de edad que no olvidaría:

Desde las diecisiete horas del sábado hasta las diecisiete del domingo. Veinticuatro horas atado a la cama a base de agua, pan y sexo, a merced de lo que al calenturiento gemelo se le pasara por la cabeza.

Ya...