Mientras los veía

Casi todas las tardes iban al banco del parque, bajo mi edificio, a besarse y darse arrumacos.

Solía pasar todas las tardes, a eso de las cinco. Mi habitación daba hacia la parte de atrás del edificio, donde había un sencillo y pequeño parque, con cesped, un par de árboles y un solitario banco. No sé si más personas andaban en las ventanas cuando la parejita, en busca de una supuesta intimidad, se sentaba a besarse y a hacerse arrumacos.

Eran un chico y una chica de instituto, probablemente en sus casas no tendrian oportunidad de poder intimar a solas y por eso se iban hacia la otra punta de la...

Captoras

Cuando me desperté atado a una silla, miré alrededor y reconocí el lugar. Era el cuarto de Clara, a donde había acudido para hacer un trabajo de clase en grupo con ella y con Yéssica.

Abrí perezosamente los ojos, me encontraba aturdido, y con un intenso dolor en la cabeza. Emití un leve chasquido con la lengua en el cielo de la boca, tenía un cierto sabor entre a sangre y a hierro. Las muñecas y tobillos me dolían fuerte, como si estuvieran siendo aprisionados, y pronto me di cuenta de que esa sensación correspondía a la realidad: me encontraba atado de pies y manos a una silla, traté de soltarme, forcejeando para librarme de mis ataduras, pero era imposible, estaba asido fuertemente.

...

¿Qué nombre? (sexo entre hermanos)

Al principio trataba de negarlo, pero me fui dando cuenta de que mi hermana me daba morbo.

Recuerdo aquella vez en la que, como otras veces, me tocó a mí poner la lavadora de casa, algo sin importancia, tarea rutinaria. Iba metiendo una a una, a veces de dos en dos, casi sin mirarlas, las prendas de ropa de los distintos miembros de la familia. Tan sólo tenía que tener cuidado al meter ciertas prendas que, por sus colores, podían llegar a desteñir, echando a perder toda la colada, entonces había que depositarla en un pequeño cesto aparte hasta que acumulábamos ropa oscura para así lavarla toda ju...

A la sombra de un olmo

Bebí de tu néctar y me refugié en tu cálido interior.

No soy un buen poeta, pero ahí les va un intento de crear, no sé si llamarlo poesía, no sé si llamarlo erótismo, es algo sencillo, pero espero que les guste.

A la sombra de un olmo

llenamos de nutrientes la tierra,

bebí de tu néctar

y me refugié en tu calido interior.

Tus pechos endurecidos con la brizna de aire

me anunciaban la llegada de un velero

que surcaba los prados verdes

donde tantos infelices (felices)

murieron en el amor.

Enredado en tu p...

Bajo la lluvia

Un hermano y una hermana salen del instituto rumbo a su casa cuando los sorprende la lluvia.

Salíamos el instituto rumbo a casa mi hermana Gloria y yo. Gloria es una chica algo bajita, pelo negro por los hombros y lindas caderas, y yo, en cambio, bueno, podría decirse que soy del montón, no suelo practicar deporte y, sin llegar a estar gordo, tampoco poseo esa famosa "tableta de chocolate" típica de los chicos chulitos de clase.

Íbamos charlando, como decía, rumbo a casa, el frescor del aire nos daba en la cara, un leve viento se levantaba y andábamos bajo un cielo nublado, muy oscuro. Es cur...

El patio

Tu cuerpo brillando bajo el radiante sol.

Estabas tumbada en la estera sobre el suelo de cemento, los muros blancos de aquel patio bajo el radiante sol veraniego. Tu cuerpo tomaba un brillo especial.

Completamente desnuda, el sol bañaba tu cuerpo como si estuviera dibujándolo, pintándolo con sus tonalidades mientras tú te movías de vez en cuando desperezándote. Un leve viento que no llegaba a refrescar removía los pelos de tu vello público. El olor del calor se unía al aroma que desprendía tu cuerpo, junto con el de las agujas de pino, cardos...

Una historia sencilla

Historia de dos jóvenes. Se conocían desde hacía algunos meses, pero hasta aquel preciso momento no había habido una relación tan estrecha entre ellos.

Ella abrió lentamente los ojos y miró a su alrededor. El cuarto se hallaba en penumbra, tan sólo entraba la tenue luz naranja de las farolas de la calle. El pequeño cuarto estaba austeramente amueblado, tan sólo la cama, la mesa de noche, un pequeño armario, un escritorio, una incómoda silla un pequeño aparato de música y algunas estanterías con libros y discos. El colchón donde dormía era duro pero confortable. A su lado, de espaldas, dormía el compañero con quien había compartido gozos pocas horas antes,...

La mañana siguiente.

Recordando lo sucedido entre tú y yo la noche anterior.

Espero que sepan disculparme, pues este es mi primer relato.


El calor comenzaba a hacerse notorio en la habitación, la cortina apenas impedía que los rayos de sol comenzaran a inundar el cuarto con su claridad y ya estaba bastante avanzado el día.

Abri los ojos poco a poco, siempre he sido un perezoso a la hora de despertarme, emití un leve chasquido con la boca, que aún conservaba el intenso sabor de tu sexo, y regresó a m...