El morbo de la luna llena

Una noche cualquiera, dos amigos... le puede pasar a todos. Calentito.

Aquella noche había Luna Llena. El aire templado animaba a los dos cuerpos tendidos en un colchón, en el suelo, mirando distraídamente a la televisión, a quitarse la ropa. Otra vez la misma película, los mismos anuncios... Ella, muy despacio, se levantó a por más cervezas. Él le dedicó un amago de sonrisa y se sorprendió imaginándosela sin más ropa que un tanga azul oscuro que sugería el denso bosque que escondía debajo. El camisón semitransparente dejaba asomar unas piernas ágiles, que ahora se movía...