Todo queda en familia

Jovencitos en el pueblo. Que podría salir mal.

La leñera estaba muy a oscuras. Mi prima y yo nos deslizamos a ciegas con soltura y facilidad entre las ramas hasta llegar a un hueco en la montaña de madera que habíamos descubierto unos días atrás. Allí jamás nos encontraria nuestro primo Cristian, que era el que le tocaba buscar.

Nos acurrucamos en el escaso hueco, yo en el fondo y ella vigilando la entrada. Estuvimos un minuto en silencio y luego me acerque a ella, pegándome lo máximo posible. La agarre por las caderas, apretándola más aún. Ella n...