Domando un corazón salvaje
Se acerco a él y le beso, le agarró del pelo y tiro de él hasta meterlo en el baño, con la mano que le quedaba libre empezó a acariciar su cuerpo, empezó por su culo apretado, subió por su espalda con aquella piel tan suave y llegando por último a su pecho, esos pedazos de pectorales.
Sigrid estaba en su casa descansado en el sofá, después de una semana dura de trabajo, cuando recibió un wasap de sus amigas Alba y María diciendo de ira cenar al bar de siempre en el barrio ; no tenía muchas ganas ya que desde la pandemia se sentía alicaída. Decidió animarse ya que entre la pandemia y que sus amigas se habían ennoviado no se veían. Se puso algo cómodo ya que se había lesionado en el gimnasio en la pierna, cogió el bolso y salió.
Esa noche el bar al que solían ir tenía más aflu...