Yo ejecutiva, el un viejo, casi un pordiosero
Una joven ejecutiva, se ve arrastrada a una aventura con un anciano en una destartalada vivienda
Ya el tema me estaba cansando, todos los días era lo mismo. Yo subía al ómnibus, me sentaba y a las pocas cuadras subía ese viejo inmundo que no sacaba los ojos de mi escote. Para peor mi uniforme de trabajo tenia una camisa blanca muy ajustada, como yo tengo pechos de tamaño respetable era imposible abrocharla mas allá de donde yo acostumbraba. Claro que para el viejo eso era un espectáculo, imagino yo de maravilla, mis pechos muy blancos asomando por entre mi cabello renegrido. Unas calles mas adelante yo...