Yo una ejecutiva, el un viejo, casi un pordiosero

Sigue la historia de una elegante mujer que tiene una historia de sexo con un hombre maduro que le brinda una experiencia prohibida

Luego de la perturbadora experiencia que les conté, por el bien de mi salud mental y hasta mi seguridad, cambié mis hábitos de manera de no cruzarme con aquel viejo que, no lo niego, tanto placer me había dado esa mañana de descontrol. Cambié mis horarios de trabajo, no tomé más el mismo ómnibus y elegía caminos alternativos para llegar a mi casa, de manera que no puedan estudiar mis rutinas.

Así transcurrieron las semanas sin sobresaltos. Confieso que varias veces tuve fantasías con aquel tipo que nu...