La tarde que no olvidaré
Nunca pensé que la chica de mis sueños estaría una tede entre mis brazos.
Llevaba tres días en la ciudad cuando tuve que ir al supermercado, ahí estaba Carolina, promotora de licores, vestida de Rojo, chaqueta y falda, blusa blanca, no pude obviar no mirar sus piernas largas y contorneadas, su cintura pequeña, pechos perfectos, cabello rubio, ojos verdes, sencillamente espectacular, me mira y dice: "¿quiere probar el Pájarete?, ¡es muy bueno!"; no tanto como Ud. le dije, ella respondió con una sonrisa y mostrando su linda dentadura, me preguntó si era nuevo en la ciudad, re...