Descubriendo la sumisión
Una adolecente descubre los placeres ocultos del sexo rudo.
Nunca en mis dieciocho años de vida había experimentado el deseo sexual. Pensé durante mucho tiempo que era mi problema pero todo cambio el día en que lo conocí; a el hombre capaz de hacerme temblar con su sola presencia. Y aquel por el cual descubrí que los chicos que me rodeaban no eran lo que yo quería.
Todo comenzó una noche de verano, mi cuerpo todavía era tierno en esa época, mis pezones rosados no se endurecian y aunque regularmente disfrutaba de deslizar mis dedos por en medio de los pliegues...