Pies color miel (9)

Inauguro una nueva perspectiva, la del maduro Jose, y también un nuevo escenario con dos actores más.

—Empieza a hacer calor, ¿no crees?

—¿Empieza? Llevo muriéndome por lo menos un mes.

—¿Es tu primer verano aquí, no? Lo peor está por llegar.

—Tampoco puedo quejarme, aquí se está muy bien —dijo Álex, mirando distraídamente por encima de su libro.

Claro que se está bien, pensé, observando su esbelto cuerpo pálido que conservaba siempre a la sombra. Más que bien. A pesar del calor abrasador, no tenía ni una sola mota de bronceado, ni siquiera de quemaduras. Debía ser la persona más bla...

Pies color miel (8)

Al César lo que es del César

Habían pasado dos semanas desde que Jose y yo hiciésemos las paces definitvamente. Dos semanas en las que no hicimos otra cosa que dormir, comer y follar. Antes de eso tuve que encargarme de asuntos que no podía ignorar. Mis compañeros de piso habían notado mi ausencia y tuve que ir a recoger mis cosas. Se nos acababa el contrato a finales de mes así que no les importó cuando les comuniqué que me iría antes de tiempo. Todos éramos de fuera y pasaríamos las vacaciones de verano en nuestras respectivos hogare...

Pies color miel (7)

Vicios y virtudes.

Jose me aseguró que mandaría limpiar la casa para dejarla como nueva. Eso incluía higienizar los suelos y eliminar todo vestigio de la presencia de Mercedes. Mientras el equipo de limpieza se hacía cargo de todo ello, fui a darme una ducha, que falta me hacía. Me ofreció ir al baño de invitados, pero preferí hacerlo en el suyo, el baño con la ducha enorme que habíamos utilizado para castigar a la antigua criada. Necesitaba varias cosas: primero, enfrentarme a lo que habíamos hecho y para eso debía ver nuest...

Pies color miel (5)

La idea era hacer un relato de transición, explicativo, pero uno no puede escribir algo sin su buena dosis de morbo.

No podía dejar de mirar las imágenes de Mercedes siendo follada sin piedad. Estaba horrorizado y fascinado a la vez, como quien ve algo que lo excita mucho pero que en el fondo sabe que está mal. Una cosa es que Jose fuese una persona dominante y otra la brutalidad que mostraba el vídeo. Todo aquello estaba muy lejos de lo que yo había vivido con él. Sí, la primera noche me había tratado con rudeza. Sí, me excitaba depender de él y anteponer su propio placer al mío... Pero no concebía la forma en la que tra...

Pies color miel (6)

Relato duro, posiblemente el que más de la serie. Los siguientes seguirán la tónica de siempre.

El lunes fui a la casa de Jose. Me habia avisado de que llegaría sobre la hora de comer así que decidí darle unas cuantas horas para que se pusiera cómodo. Me moría de ganas de verle... Pese a que acababa de terminar los exámenes y debería estar disfrutando de los primeros días de verano, me había pasado el primer finde de libertad sin hacer nada, encerrado en casa, contando las horas para que llegara el lunes. Bueno, no había desaprovechado el tiempo del todo. Estaba impresionado con la mejoría que había c...

Pies color miel (4)

¿Quién ha dicho que el sexo más guarro no puede combinarse con el romanticismo?

Desperté sobresaltado. Estaba en una habitación que no reconocí, iluminada tenuemente por los rayos de luna que se colaban desde unos grandes ventanales. Los pinchazos que tenía en el culo me recordaron inmediatamente dónde estaba. Llevé un dedo a mi recto y palpé con cuidado sus rugosidades. Se había cerrado, después del esfuerzo inmenso al que le había sometido antes, pero se notaba inflamado. Conteniendo una mueca de dolor, comprendí que pasaría un tiempo hasta que pudiera volver a darle uso.

Me le...

Piel color miel (3)

Incluye la primera escena de sexo explícito. Recalco que es la primera, se vienen más.

Era una noche calurosa, una de las últimas de la primavera, así que la calle estaba llena de gente, compartiendo copas y risas. Lo que para otra persona habría supuesto un ruido considerable, para mí no era más que un zumbido, pues mi corazón latía a ciento cuarenta pulsaciones por minuto. Dado mi estado de nerviosismo, no era capaz de pensar en nada. Mi cuerpo se movía como un autómata, concentrado en cada paso en no perder a mi hombre. Él me tenía a su lado pero no me prestaba atención ni me miraba siquie...

Pies color miel (2)

Segunda parte de esta historia, algo más subida de tono. Se recomienda leer la primera parte, aunque se puede leer de forma independiente.

Había tenido uno de los mejores orgasmos de mi vida, pajeándome con la foto de los pies de un tío que apenas conocía. El espejo de mi habitación reflejaba mi cara colorada que contrastaba con la palidez de mi piel. Estaba sudado, mi corazón todavía latía a mil por hora y en mi pecho se apreciaban restos de la corrida. Me había puesto perdido a mí mismo y eso me ponía aún más cerda.

—¿No vas a decir nada? —me preguntó. Con la tontería llevaba diez minutos sin mirar el móvil, asimilando todavía el recie...

Pies color miel

Dominación sin flipadas, fetichismo, cerdeo y mucho vicio entre un joven sumiso y un amo en ciernes. Serie en progreso.

"Los hombres son unos cerdos, pero no podemos vivir sin ellos" pensaba, mientras me pajeaba la polla sin mucho ánimo. Nunca había sido fan de la masturbación, pero últimamente era la única forma que tenía para desfogar mis fantasías. Quedar con un desconocido y mamársela entre los matorrales ya no era una opción. Con 23 años no había chupado muchas pollas pero sí las suficientes como para que los esporádicos episodios de cruising no me parecieran tan excitantes. Quería encontrar a una persona duradera,ni un...