Sexo entre amigas.

Follando con la amiga que me gustaba.

Prometí hablarte de ella. Pues bien, conocí a Mariana andando en las calles de la ciudad. Fue en una de esas tantas veces en que el hastío de días y días de aburrimiento me obligaba a pasar las tardes de verano vagando por los pasillos de los centros comerciales y a las orillas de los escaparates de las tiendas de bisutería. Mariana era una chica enajenada y de carácter liviano. De tez muy blanca, con las mejillas y los brazos llenos de pecas. Supongo que andaría por allí curioseando cuando se topó conmigo....

Camino a casa

Volviendo del colegio me escapaba para verte, reíamos juntos y compartíamos nuestra soledad.

«No debes enamorarte de mí». Recuerdo bien tus palabras, cuando estábamos desnudos y abrazados, tendidos en el piso de aquél complejo de apartamentos. ¿Cuántos años hace de eso? El tiempo pasa de prisa y se lleva consigo mi felicidad. Fuiste un aliciente para mis tardes vacías, cuando bajo los abrasadores soles del verano volvía a mi casa del colegio, andando por aquellas calles desiertas, sintiendo el sudor correr bajo la blusa de mi uniforme y escuchando el canto monótono de los grillos. El calor era tan...

Tócame

Te recuerdo tal y como eras en aquellos días, cuando compartíamos juntas las veladas de domingo. Te escribo ahora, con este erotismo mal logrado y demasiado suave.

Supongo que andarás por allí, perdida en la ciudad, malviviendo con tus siete gatos. Yo todavía te recuerdo como eras en aquél entonces, apenas una chiquilla. ¿Cómo voy a olvidarte, dime? Íbamos siempre juntas por la ciudad, levantándonos la falda en frente de los muchachos que jugaban al fútbol y corriendo juntas por las vías del tren. Te pedí que por favor me dejaras tocarte, todavía lo recuerdo. Fue casi una súplica dolorosa. Porque soñaba contigo, con tus cabellos de seda y con las perlas de tus dientes...