Recuerdos eróticos

Te odio porque me has orillado a escribir estas líneas para poder desahogar el deseo que inunda mi cuerpo hambriento de tu insaciable apetito carnal, de tu sensual personalidad, aroma, aliento, sonrisa, mirada, tacto, voz… hambriento de ti

Te odio. Te odio con todas mis fuerzas. Te odio porque me posees aun en contra de mi voluntad; posees mis actos, mis pensamientos, mi existencia. Eres mi anhelo, mi deseo, mi necesidad, mi alimento, mi dueño.

Tengo ante mí imágenes de tu cuerpo desnudo, regordete y delicioso; de tu verga tierna y dura a la vez, de su sabor dulce y amargo y de la leche que alimentaba mi morbo y mi deseo por ti. Aun puedo sentir tus manos recorriendo, golpeando y estrujando, tu lengua voraz invadiendo cada rincón, mojan...