A orillas del Mekong
Una aventura empresarial lleva a Alberto al otro extremo del mundo; una fiesta en una cabaña y la sonrisa de una chica es suficiente para dejarse llevar.
Mientras avanzaba por el angosto pasillo recordaba las palabras de su jefe: “esos túneles son una fuente inagotable de negocio”. Él se lo había creído por inercia, por tener algo en lo que creer: un nuevo continente, una nueva cultura y una nueva vida a cargo de un resort de lujo. Ahora, unos meses después, ese túnel no le parecía ninguna oportunidad de negocio. No era el primero que visitaba, pero ése era distinto; no estaba ensanchado ni tenía las paredes llenas de carteles en ocho idiomas. Era un túnel a...