Rapanui (X: La Espera)

La preparación de las Vírgenes está casi terminada. Pronto tendrá lugar la iniciación. Nuestro protagonista se despide de una de las mujeres que viene a él con el coño aún chorreando semen. Pero le ha reservado el culo y le pide que se la clave por el ano sin piedad.

Por fin concluiría el cautiverio de Tarita junto a las vírgenes de Rapanui. La abstinencia la debe haber tenido desesperada. Nunca habíamos estado separados por más de una semana. Aquella semana que había ido al conti a finiquitar el contrato con que trabajaríamos en Pascua. Cuando regresó, venía con manjares cuyo sabor había olvidado: botellas de fino vino, strudel y otras exquisiteces horneadas por su madre. Componían su equipaje varios litros de pisco sour y algunas decenas de rubias de ojos azules (medi...

Rapanui (XI y final: La partida)

Las ceremonias ancestrales de iniciación sexual de Polinesia se cristalizan en Rapanui...

Por la ventanilla del avión, daba las últimas miradas a la pista de Mataveri. Un jeep azul se deslizaba por el camino... El vehículo de abastecimiento del combustible se desplazaba con lentitud hacia Vinapú, lugar donde estaban los depósitos... Una manada de caballos atravesó mi campo visual: los salvajes equinos de Rapa-Nui que corren por todas partes en absoluta y plena libertad... Las lágrimas nublaron mis últimas visiones. A mi lado, Tarita dormitaba o, al menos, llevaba los ojos cerrados. Sentía algo d...

Rapanui (IX: La iniciación de las vírgenes)

Las "vírgenes" de Rapanui están ya preparadas para que empiece la iniciación. Están vistiéndose y acicalándose para recibir a los hombres...

El alba llegó con los rayos del sol que se abrían por el este del Poíke y penetraban por la estrecha abertura de Ana-o-Keke o cueva de las vírgenes. Al poco tiempo, escuchamos cánticos que subían por las laderas y acariciaban nuestros oídos. Me estremecí y sentí como se me mojaba la concha. Las chicas se apretujaron alrededor mío y sintieron el estado casi orgásmico de mi cuerpo. Oro me acarició suavemente la punta de los pezones que se endurecieron. Kutu me succionaba el lóbulo de mis orejas como si fueran...