Aventuras de una mujer madura (3)
Sólo de escucharlo y sentir la vibración de su voz en mi oído comienzo a mojarme y , sin darme cuenta, entreabro mis piernas. Sus manos bajan lentamente hacia mis pechos ya henchidos y encuentra a mis pezones duros.
Qué hacía yo en una ciudad tan ventosa e inhóspita en pleno invierno en lugar de estar en mi casa cómoda y calentita? Odiaba estos viajes de trabajo de último momento, estas obligaciones de las que no me puedo escapar.
Era viernes, casi había terminado el trabajo. Caminé un poco por la ciudad, pero hacía muchísimo frío y decidí volverme al hotel a tomarme un café y a terminar de una vez por todas de cargar los datos en la pc
Pero cuando todo está mal, las cosas siguen saliendo mal, es una r...