Una oportunidad inesperada Ii

Una mujer casada sigue viviendo la aventura de su vida.

Se despertó. Él estaba a su lado. No, no era un sueño. Había vivido, estaba viviendo, una aventura. Ella, que todo el mundo podía decir que era una mujer fiel (hasta ese momento, lo había sido), discreta, chapada a la antigua.

Él seguía con los ojos cerrados. Ella pensó en como había cambiado todo en las últimas horas. El vuelco que había dado a su vida. Podía ser porque había salido la ninfómana que residía en un rincón de su cerebro, podía ser porque era un exhibicionista y no lo sabía... Podía ser...

Una oportunidad inesperada

Como unas vacaciones brindan a una mujer casada la oportunidad de una aventura inesperada.

No quería discutir. Eran sus vacaciones y estaba dispuesta a descansar. Su marido, a los cinco días, le había dicho que volvía a si casa, que tenía trabajo. Pero sabia que no era así. Volvía para encamarse con su amante. Una niña guapita, de 26 años, que era una de sus secretarías. La había conocido y se preguntó qué virtud tenía para haber sido contratada por su marido. La respuesta la tuvo cuando los vió pasear por el parque, a una hora que no debían de estar ahí, camino de un hotel donde los vio entrar....

Desde la ventana. Segunda parte

Todo puede empezar mirando por la ventana. Recomiendo leer la primera parte.

Estuvo pensando en lo que había ocurrido hasta que se durmió. Pensaba en la nota y en que, ahora, él tenía la iniciativa para ir más allá.

Él no tenía pareja desde hace tiempo. Tuvo una relación un tanto tormentosa, en la que se ¿enamoró? de una mujer bastante agraciada. Deseaba estar con ella, pero la deseaba en un plano físico. Quería hacer el amor a ese cuerpo bonito, besar esos labios, acariciar esos pechos casi perfectos... Le gustaba ver como le llegaba el orgasmo, como retorcía su cuerpo, como...

Desde la ventana. Primera parte

Todo empieza cuando miras y te miran desde la ventana

Los separaba un patio de luces. Pocos metros, tres o cuatro. Pero todo un mundo. No sabía su nombre casi, solo por haberlo visto en el buzón. Y sólo lo hizo cuando empezó a ver que ella estaba pendiente de él.

Todos los días hacía lo mismo. Se levantaba, pasaba por la ducha y se iba a medio vestir al lado de la ventana. Casi a la misma hora exacta, minuto arriba o a abajo. Se quitaba la toalla, se ponía su ropa interior limpia y algo más para desayunar. Luego acababa de vestirse, hacer la cama y al tr...