Lagrimas y estrellas

Como una noche de observación del cielo nocturno acabó en algo todavía más profundo.

La casa estaba en un lugar privilegiado, en medio de una carretera en la que casi no pasaba nadie, a varios kilómetros del pueblo más cercano y sin cobertura en el teléfono. Lo que puede llegar a asustar a muchos, a mí me parecía fantástico ya que podía disfrutar de noches como la de ese día y ver las Perseidas, conocidas también como las Lágrimas de San Lorenzo.

Me había costado convencer a mis padres para que me la dejaran esos días en lugar de alquilarla, pero finalmente lo había conseguido y tení...