Andrea, mi antipática vecina (3)

Tercera -y mejor parte- de un relato que... véalo usted mismo...

Andrea, mi antipática vecina III

  • No lo haré si no me deja tocarle las tetas, le dije en tono francamente negociador.
  • Jamás, dijo ella, haciéndose a un lado.

Y al decirlo se abalanzó sobre mi tendiéndome en el suelo de la cabina. En un movimiento de prestidigitación se quitó la braguita, ya completamente macerada en todos los líquidos que uno se pueda imaginar y me la puso en la cara, justamente del lado mojado. Mientras hacía el intento de quitármela, Andrea tomaba con maestría mi poll...

Andrea, mi antipática vecina (2)

Segunda parte de un relato que... véalo usted mismo...

Claro que un poquito más significaba un ir y venir de aquella braguita de algodón cuyo roce me confundía. Como quien se divierte un poco con la situación, me prometí a mi mismo que en el próximo descenso sacaría la lengua, para recibir con algo más prominente que mi nariz aquella braguita cada vez más caliente y perfumada. Qué importaba si se daba cuenta. Al fin y al cabo ella había provocado esa situación y estaba requiriendo mis servicios para dejarme allí encerrado hasta el día siguiente. Efectivam...

Andrea, mi antipática vecina (1)

Un relato que... véalo usted mismo...

Andrea, mi antipática vecina I

Andrea -que así se llama la protagonista de esta historia- es fundamentalmente antipática. No hicieron falta más que unos días, después de haberme mudado yo a un apartamento casi contiguo al suyo, para que me demostrara todas sus dotes de chiquilla repelente, especialista en desaires, desplantes y otros alardes de mala educación. Uno de estos gestos me forzó a dejar de saludarla, algo que no me costó demasiado esfuerzo y que, para decir toda la verdad, hago con cie...