SUS MANOS (Parte III)

Mi cuerpo estaba reaccionando a los estímulos de la situación, sentía que mi piel seguía caliente por el tacto de mi jefe. Lo ocurrido me generaba un huracán de dudas, pero las sensaciones que compartimos en esa oficina fueron indescriptibles.

Esa noche llegué a casa y no podía creer lo excitada que había estado, no asimilaba lo atrevida que había sido CON MI JEFE y me cayó todo el arrepentimiento encima, tanto, que casi me devuelvo a dejar la carta de renuncia.

Sentía demasiadas emociones a la vez y mil preguntas me pasaban por la cabeza...

¿Por qué me calenté así? ¿cómo es que fui tan descarada? ¿De dónde salió tanta valentía? ¿por qué no me detuve? ¿Todo por verle las manos? ¿Acaso soy una rarita que se desvive por ver manos? ¿El...

SUS MANOS (Parte I)

Al empezar a trabajar con él, nunca pensé que podría atraerme sexualmente, puesto que solo he estado con chicos de mi edad y mayores cómo máximo por cinco años, sin embargo, poco a poco se ha ido generando en mi, un deseo que me consume debajo de la falda sin que él pueda siquiera imaginarlo.

Hola.

Mi nombre es Luisa, tengo 24 años y hace exactamente seis meses, me enteré de que mi jefe, me vuelve loca.

Este es mi primer relato, así que entraré a detallarme; soy bajita, pero tengo una personalidad que me hace sentir muy a gusto en cualquier lugar. Siempre he sabido que soy eufórica, alegre, curiosa y sensible. En cuanto a mi cuerpo, soy una mujer sencilla, de proporciones lindas, firmes y pequeñas. Mi cabello es largo, color castaño y mi piel no es blanca pero tampoco doradita... E...

SUS MANOS (Parte II)

Su cuello llamaba mi atención y moría por morderlo lateralmente, chupar su imponente nuez, deslizar mi lengua en dirección a su lóbulo...

Al no tener nada más que hacer, mis ojos se fueron en dirección a sus manos y empecé a descubrir que tienen un aspecto que me agrada muchísimo (tal vez más de la cuenta). Se marcaban unas venas muy potentes, sus tendones se movían por el vaivén de los dedos, mismos que se mostraban largos, ni muy gruesos, ni muy delgados, con un equilibrio perfecto que sus uñas cuidadosamente cortadas cerraban como con broche de oro, haciendo que todo se viera peligrosamente atractivo.

Él estaba muy cerca, tanto, qu...