Señor Gregory

Cristina llegaba tarde a trabajar y, por si fuera poco, no en las mejores condiciones y, para mejorarlo, con la primera persona que se topó fue con su jefe.

Cristina trató de coser el botón por tercera vez, y por tercera vez se pinchó con la maldita aguja. Suspiró frustrada y tiró el blanco botón sobre la cómoda, se miró al espejo y se arregló lo máximo posible para tratar de no mostrar tanto escote.

Iba a trabajar, no a prostituirse, y por culpa de la efusividad de su novio, los primeros tres botones de su camisa de trabajo habían volado la noche anterior, dejando ahora su canalillo mucho más expuesto de lo normal.

— ¿No tienes otra camisa?

S...

La profesora de baile

Cuando Denisse se apuntó a la academia de baile de su calle con el deseo de tener un profesor cachondo con el que fantaseó, no sabía que su profesora iba a acabar siendo una rubia de piernas largas y con el rostro más bello que jamás había visto.

En cuanto Margaret entra en las duchas completamente desnuda aparto la mirada de su cuerpo, sonrojada hasta las orejas.

Mi profesora de baile es de una belleza intimidante, con el pelo rubio y lacio y su cuerpo perfectamente estilizado, sus nalgas redondas y abultadas, al igual que sus pechos. Todo en ella es perfecto y hay algo en la forma en que hace las cosas que parece ser todavía más tentador, como si todos sus actos y mirada tuviesen segunda intención.

Miro a mi cuerpo y frunzo el ceño, no...