Nuestro mundo de orgasmos.
El trasero rojo, la espalda sangrando.
Esta noche será nuestra, hoy sólo existimos tú y yo. Seré tuya, aprovéchate de mí. Cuento los minutos que quedan para sentir el roce de tu piel. Tic tac, tic tac; sólo es cuestión de tiempo. Cada vez falta menos para que me beses con hambre de mí, para que me empujes contra la cama y me arranques la ropa mientras te arden los ojos, tanto que podrías quemarme si quisieras, aunque no serán de fuego las marcas que me dejes.
No puedo esperar más, anhelo tus huellas dactilares grabadas en mi trasero de u...