Leonor en América (5)

Doña Carlota abusa de Javier y de Ricardo ante la impotencia de Esther, Rosita se refocila con sus masculinizadas amigas, y Leonor sigue padeciendo los tormentos del profesor Alejo y su amigo el doctor Gustavo con la ayuda de Candy la perversa en presencia de la desdichada Caléndula.

Esther no cabía en su silla de indignación, pero debía reconocer que su ropa interior se estaba humedeciendo a ritmo acelerado y sus pezones parecían dos pequeños pedruscos. No podía evitar el abuso que se estaba cometiendo ni participar en él, cuando ambas cosas la motivaban intensamente.

Carlota, bajo los efectos del ron y de alguna otra substancia prescrita por el doctor Gustavo, estaba desatada masturbando a Ricardo con una mano y acariciando los testículos de Javier mientras mamaba golosa su grue...

Leonor en América

Sigue la historia en varios frentes. Os aconsejo repasar el capítulo anterior y enviadme vuestros comentarios si queréis recibir las versiones ilustradas, que aquí no se pueden publicar.

La humedad en la plantación de caña era densa, casi palpable. Esto provocaba que gruesos regueros de sudor se deslizaran sinuosamente por la piel de canela de una muchacha de espectacular presencia, anchos hombros, casi andróginos y extremidades fibrosas, vientre plano y senos medianos pero tan firmes como las nalgas, que merecerían dos pantallas de texto para ser descritas con justicia. Todo esto era perfectamente apreciable por la desnudez de la joven, que se balanceaba suavemente en una hamaca mirando la...

Leonor en América. Capítulo segundo

Leonor y Rosita han caído en manos del Círculo Vicioso de La Habana y van a vivir fuertes y excitantes experiencias. Aparecen nuevos personajes, incluída una inquietante Majá de Santa María, que tendréis que leer el relato para saber lo que es.

CAPÍTULO 2

En la sala de exhibiciones, amplia y bien iluminada, los espectadores se sentaron cómodamente en sus sillones. Dos sirvientes trajeron algunos bancos bajos que colocaron junto a cada sillón.

Discretamente, un grupo de doce mujeres cubiertas con livianas túnicas de seda vino a sentarse al lado de los espectadores. Las damas que habían asistido al suplicio de Leonor y Rosita se habían ausentado, empezando por doña Carlota, que parecía tener prisa por marchar.

Las recién llega...

Leonor en América. Capítulo primero

Un nuevo escenario y nuevos personajes, pero Leonor seguirá sufriendo (o gozando) los refinados martirios que le impondrán sus enemigos, siempre con el buen deseo de estimular el vuestro.

El carruaje rodaba a buen paso por una calle empedrada del centro de La Habana. Cuatro corceles blancos tiraban de él en perfecta armonía de color y movimiento, mientras dos conductores negros, también armonizados por sus verdes uniformes, se ocupaban de guiar desde el pescante a los caballos.

Hacía un calor sofocante y los ventanales del vehículo estaban abiertos.

En el interior, tres mujeres charlaban distendidamente. La mayor era una dama de porte aristocrático y formas algo desmedidas, carno...

El cuarto tiempo

En el rugby, como muchos sabéis, existe un tercer tiempo, en que los rivales confraternizan, comen, beben y ríen hasta decir basta. Pero, algunas veces, el destino depara un inesperado cuarto tiempo a algunos afortunados. SI tenéis dudas sobre algunas expresiones del texto no dudéis en escribirme.

Dejadme hacer una pequeña loa de un deporte absolutamente fascinante. Se trata del rugby.

Si un endocrinólogo quisiera hacer acopio de muestras clínicas de varios tipos de neurohormonas, cortisol, testosterona, endorfinas y muchas más, le invitaría a realizar sus analíticas siguiendo a los equipos del seis naciones o la copa mundial, o simplemente a tomar muestras de la sangre de este grupo de treinta hombretones que esperaban, cerveza en mano, la llegada del autobús junto al cauce del Turia, en aquel...

Esther en la clínica

Últimamente se han publicado algunos relatos sobre sexo y discapacidad. Me han parecido excelentes y he querido contribuir con un cuento corto pero intenso.

Esther llegó con alguna dificultad hasta la clínica neurológica. El autobús estaba adaptado, pero la parada se había visto afectada por unas obras, así que tuvo que bajar diez metros más allá, en una zona donde la acera presentaba desniveles y algunos árboles habían deformado las losetas. Con su habitual disgusto, ditigió su vehículo hasta la puerta de la clínica.

Nada más entrar, todo cambió. Las puertas eran amplias y se abrían y cerraban coordinadamente para facilitar el paso de su silla mecanizada...

Abusos empresariales

Candela busca trabajo, como muchas otras hermosas muchachas, pero a ella es difícil rechazarla

Pase, pase. Sientese. Es la señorita...

Puede llamarme Candela, Don Antonio.

Candela. Bien, Candela. Está usted interesada en la plaza de vendedora que tenemos vacante.

Sí, señor

Ha enviado su currículum. A ver. Sí, tiene el bachillerato..muy bien.Luego ha trabajado ¿En el espectáculo? ¿A qué se refiere?

Soy bailaora, don Antonio. Pero no sale mucho trabajo ahora. Con esto de la pandemia...

**Ya. Pero antes trabajaba usted en un super y hace una año, de rec...

Eli en la playa

Eli visita España. Va a conocer la proverbial hospitalidad local y a llevarse un buen souvenir

El farolillo brillante de la luna, muy arriba en el cielo, iluminaba una estampa de postal  sobre el mar. La pequeña ciudad, antes pescadora, luego turística, siempre marinera, se bañaba con la luz del satélite plácidamente tumbada a orillas del pequeño mar, centro de la tierra cuando la tierra era pequeña y previsible, en tiempos de Homero.

Un murmullo de olas, escuálidas pero constantes en su batir, ponía banda sonora a la postal.

Veinte farolillos de colores alumbraban el modesto chiringuito,...

Leonor en el nuevo mundo. Fin de la primera parte

Nuestros amigos pisan tierra cubana y el clima y la humedad no pasan desapercibidas. Nuevos personajes y anuncio de la segunda temporada... y una sorpresa final

La hacienda de Doña Carlota distaba unas diez leguas de La Habana. Llegaron al anochecer, pues las carretas habían de rodar a ritmo lento para no poner en riesgo a las enfermas que transportaban. Javier y Ricardo se adelantaron y los carreteros detuvieron la marcha.

Un grupo de hombres transportaban grandes brazadas de caña de azucar. De cerca pudieron comprobar que eran negros, sin duda esclavos de la hacienda. Hicieron pie a tierra y preguntaron por doña Carlota a un viejo sirviente español que sali...

Violadas y azotadas sobre cubierta

Terrible testimonio de uno de los más negros episodios de la historia de las Antillas. Leonor y sus amigas van a sufrir para que vosotras y vosotros disfrutéis, así que mostraros respetuosas y respetuosos.¡ Y decidme qué os ha parecido!

Salieron atropelládamente del camarote, Javier poniéndose la camisa y el pantalón y las falsas monjas con el hábito metido por la cabeza de cualquier manera. Él se lanzó hacia cubierta y ellas a alertar a sus compañeras.

Amanecía ya, pero las sombras de la noche sólo permitían vislumbrar la silueta de un buque que se aproximaba ràpidamente por estribor. La tripulación, adormilada, se intentaba espabilar para hacer frente a la situación y el capitán daba órdenes a diestro y siniestro. Dos marineros ret...