Dulce perversión
Es una Aventura que queda en FAMILIA.
Apesar de mis catorce años ya he adquirido una notable experiencia referente a la sexualidad. Y lo he hecho por un medio que no se imaginan y que, muchos quizás, considerarán pavoroso, pero que, para mi, ha sido tiernamente delicioso y bellamente placentero.
Mi hermano Raúl tiene desciseis años y se ha convertido en un joven apuesto y vigiroso. En una ocasión en que nos encontrábamos en la piscina, la conversación derivó hacia el sexo. Me preguntó si alguna vez había visto un pene y le dije que...