Once hombres y una lluvia de leche
Una fantasia con una amiga fue tan bien planeada que se convirtio en realidad.
Once hombres y una lluvia de leche
Una chica aparece de manera inesperada en mi messenger. Enseguida que nos presentamos e intercambiamos un par de palabras, la atmósfera ya se había transformado en un hervidero. No tardamos mucho en calentarnos y en solo cinco minutos nos tratábamos como dos putas de las mejores. La mirada que transmitía su foto excitaba irremediablemente. Su nombre era Laia y los pechos y su culito eran su mejor arma de seducción, aunque lo mejor era la sensualidad que irradia...