Me grabé comiendo polla de un desconocido
El no perdió un segundo. Agarró mi cola con las dos manos y metió su polla con fuerza, hasta el final de mi garganta. La sensación de ahogo era total y mis manos inconscientemente se dirigieron a sus muslos, para intentar pararlo. Pero mi fuerza no era demasiada. La sacó y mi saliva y mis líquidos se quedaron colgando de su punta y de mi lengua. Volvió a meterla y esta vez o la sacó. Empezó a follarme con violencia, mientras notaba su punta penetrar mi boca, dando golpes al final de mis amígdalas, llenando mi boca de babas y líquidos estomacales. Volví a levantar el móvil a la altura conveniente y me apunté a la cara. Miré fijamente el objetivo de la cámara. Estaba segura que mi mirada estaría ahora mismo húmeda, claiente. Me sentía como una actriz porno y aquello hizo que quisiese más polla en mi boca.
Suelo ir a pasear a zonas tranquilas, como riberas de ríos para entretenerme en pensamientos puros y en los impuros también. Y ayer decidí ir a caminar un rato por la ribera de un río, cercano a donde vivo. Suele estar bastante tranquilo, casi sin gente. Tiene varios puentes que atraviesan la zona y en época de pesca, hay algunos pescadores. El camino es serpenteante, entre árboles y vegetación, con rincones encantadores.
Hay que llegar en coche, así que aparqué el mío en uno de los parkings habilitad...