La bibliotecaria modosita

Un joven necesita compañero de piso y lo que encuentra es una bibliotecaria modosita a la que enseñarle las ventajas de un buen polvo.

Llevaba ya un par de meses intentando encontrar un compañero de piso que se amoldara a mis necesidades cuando la conocí. Trabajaba en la biblioteca municipal del barrio de mis abuelos y, si bien nos habíamos cruzado un par de veces, nunca habíamos intercambiado ni un triste saludo. Su mirada se posaba unos segundos en lo que ella consideraría mi extravagante indumentaria, para después apartarla bruscamente, como si fuera consciente de que su descarado escrutinio había sido descubierto y de que aquella malsa...