Lujuriosa noche de San Juan
Ninguno conoce el nombre real del otro, pero eso les da igual. Sólo importaba el susurro de la tela al chocar un cuerpo contra otro. El lenguaje de los ojos, que indican sin palabras los deseos de la carne para no romper el encanto del silencio.
La luna llena, se levantaba en el cielo del atardecer de aquella anoche de San Juan, un hecho inusual que ambos sucesos coincida. La diosa luna parecía querer observarles.
Le había invitado a celebrar la noche en una hoguera en un lugar apartado.
Cuando llegó sólo estaba ella, vestía un corto pantalón q apenas le cubría el redondeado y prieto trasero de color verde oliva. La fina camiseta de tirantes dejaba traslucir unos firmes y suculentos senos. Los pezones se marcaban a través de la fina tela,...