El error

Relato imaginado de como una chica se convierte en esclava.

EL ERROR

Este relato es completamente inventado. Ni la protagonista ni las situaciones que vive se corresponden con ninguna persona ni ningún hecho real.

Me llamo Leticia y soy una esclava. Acababa de cumplir los 19 años y vivía con mi novio, pero no era feliz. Así que no me costó mucho enrollarme con Carlos, un chico simpático, cariñoso y amable, con el que me sentía a gusto. Al principio nos encontrábamos en hoteles; luego empezamos a ir a su casa y, finalmente, acabamos en la mía, aprov...

Humillada en el viaje (y 7)

El resto de la mañana pasa sin novedad, conmigo convertida en el centro de atención de no sé cuántos hombres que me usan a su antojo, azotándome la espalda, el culo, mis muslos y mi pecho, corriéndose en mi cara y en mi boca, llevándome atada de un extremo a otro de la sala.

HUMILLADA EN EL VIAJE – y 7

Alguien empieza a azotarme la espalda. Lo hace suavemente, pero me recuerda lo que soy y dónde me encuentro.

El resto de la mañana pasa sin novedad, conmigo convertida en el centro de atención de no sé cuántos hombres que me usan a su antojo, azotándome la espalda, el culo, mis muslos y mi pecho, corriéndose en mi cara y en mi boca, llevándome atada de un extremo a otro de la sala. Yo me dejo hacer, convencida de que tienen derecho a usarme, y me concentro en dis...

Humillada en el viaje (6)

Siento una gran excitación. Sé que de nuevo voy a ser exhibida, humillada y utilizada por quién sabe cuántos hombres. Y algo dentro de mí tiene ganas de empezar.

HUMILLADA EN EL VIAJE - 6

Siento una gran excitación. Sé que de nuevo voy a ser exhibida, humillada y utilizada por quién sabe cuántos hombres. Y algo dentro de mí tiene ganas de empezar.

Pienso que lo de bajar cuando esté preparada es una ironía porque es el botones quien decide cuándo estoy lista. Y no me da su visto bueno hasta que estoy de nuevo con mi collar puesto, las pulseras de cuero en mis muñecas y pies, y las manos atadas a la espalda. Vuelvo a llevar las pinzas metálicas en mi...

Humillada en el viaje (5)

El agua caliente de la ducha me relaja. Cierro los ojos y me dejo llevar, mientras enjabono mi cuerpo. Me siento bien. Además, me han quitado el collar, las muñequeras de cuero y la cadenita que une los anillos de mis pezones… y me siento rara.

HUMILLADA EN EL VIAJE - 5

El agua caliente de la ducha me relaja. Cierro los ojos y me dejo llevar, mientras enjabono mi cuerpo. Me siento bien. Además, me han quitado el collar, las muñequeras de cuero y la cadenita que une los anillos de mis pezones… y me siento rara.

Abro mis ojos y veo a uno de los botones que me observa. Es curioso: me he acostumbrado ya a estar expuesta, así que no me molesta ni tampoco siento vergüenza. Eso sí, no le miro más arriba de su cintura. Aunque sea un boto...

Humillada en el viaje (4)

Vamos desnudas, descalzas, atadas y con marcas de azotes, pero eso no parece preocuparles. Además, vamos andando, como perras conducidas por un botones tras los pasos de mi Amo.

HUMILLADA EN EL VIAJE - 4

Vamos desnudas, descalzas, atadas y con marcas de azotes, pero eso no parece preocuparles. Además, vamos andando, como perras conducidas por un botones tras los pasos de mi Amo.

El camino hacia nuestro destino se me hace eterno. No nos permiten hablar, así que tengo tiempo de sobra para pensar en cómo ha cambiado mi vida en sólo unas horas. Desde que recuerdo, me he sentido sumisa. Sin embargo, nunca había pasado de ser una fantasía excitante; y, sin embargo, ahora...

Humillada en el viaje (3)

El que acaba de dar la orden de que empiece es mi Amo. El corazón me da un vuelco: estoy feliz de tenerle aquí y muy nerviosa porque no quiero defraudarle. Al mismo tiempo tengo miedo de lo que me puedan hacer.

HUMILLADA EN EL VIAJE - 3

El que acaba de dar la orden de que empiece es mi Amo. El corazón me da un vuelco: estoy feliz de tenerle aquí y muy nerviosa porque no quiero defraudarle. Al mismo tiempo tengo miedo de lo que me puedan hacer.

El botones me agarra del pelo y me obliga a levantarme. Alguien a quien no veo manipula un mecanismo y del techo bajan dos cadenas acabadas en sendas argollas. El botones me ordena levantar los brazos y con movimientos precisos engancha las anillas de mis mu...

Humillada en el viaje (2)

No me da tiempo a terminar de preguntarme a mí misma qué ha podido pasar porque la puerta del cuarto de baño se abre para dar paso a un botones jovencísimo. Lleva en sus manos lo que parece ser un vestido y una toalla.

HUMILLADA EN EL VIAJE 2

La toalla y mi ropa han desaparecido. ¿Será…?

No me da tiempo a terminar de preguntarme a mí misma qué ha podido pasar porque la puerta del cuarto de baño se abre para dar paso a un botones jovencísimo. Lleva en sus manos lo que parece ser un vestido y una toalla. Me quedo tan sorprendida que sólo acierto a taparme para que el botones no me vea desnuda, mientras él se mueve con tanta lentitud que me pone nerviosa. Deja la ropa en un rincón y se acerca a mí. Con movim...

Humillada en el viaje

Salgo de viaje y mi Amo me ha ordenado que conduzca desnuda de cintura para abajo.

Salgo de viaje y mi Amo me ha ordenado conducir desnuda de cintura para abajo. Le he conocido esta mañana en el msn mientras chateaba con una amiga. Dice que nos conocimos en un chat, aunque yo no lo recuerdo, y con hábiles preguntas ha descubierto mi tendencia a la sumisión.

_Pero salgo de viaje, Amo.

_¿A qué hora, esclava?

_A las cuatro, Amo.

Dice que debo ser castigada por marcharme y me ordena desnudarme de cintura para abajo y conducir así todo el camino.

_¿Y cuand...