Rocio, la esclava de María. 2

Republicación

ROCÍO, LA ESCLAVA DE MARÍA (2ª PARTE)

…Pasamos toda la noche juntas, y ahora, al recordarlo, aún tiemblo de pensar todas las cosas que hicimos. Ella quería ser dominada totalmente y yo acepté hacerlo para ayudarla, aunque no supiera cómo, ya que no tenía ninguna experiencia. En cierto modo fue muy extraño, pues era ella la que me enseñaba y guiaba, y yo, la supuesta ama, la que aprendía de ella; yo seguía sus pasos e indicaciones, y si en algún momento algo me parecía demasiado fuerte o violento, su a...

Rocio, la esclava de María (8)

Sara...

Si alguno de vosotros ha tenido alguna vez una esclava sexual, comprenderá perfectamente lo que yo sentía en ese momento. El poder. La sensación tan indescriptible de que una hembra hiciera absolutamente todo lo que yo la ordenara. Es algo que apenas se puede explicar con palabras, es algo que hay que experimentar, algo que todo hombre debería poder probar al menos una vez en su vida. Tener a una hembra desnuda a tus pies y saber que en realidad es lo más parecido a un perro, fiel y obediente, ansioso por c...

Rocio, la esclava de María (7)

...

María me abrió, tan guapa y exuberante como siempre, con una blusa muy ceñida que marcaba perfectamente sus perfectas tetas y pezones, una falda de tubo a medio muslo y unas sandalias de tacones muy altos. La besé la boca con ansia, sintiendo su lápiz de labios y oliendo su perfume. Desde el día en que habíamos follado, con Rocío a los pies de la cama, soñaba con su cuerpo. Tenía a Rocío para degradarla y a María para follar. ¡Qué más podía desear un hombre! Sus labios se despegaron lentamente de los míos,...

Rocio, la esclava de María (6)

Seguimos avanzando...

Me desperté por la mañana, pronto, había dormido muy bien, profundamente, y me sentía descansado y lleno de energía. Me levanté, desnudo, pues suelo dormir así, y me dirigí al baño para orinar. Me lavé la cara y con la polla aún goteando pis fui al salón para ver cómo se encontraba mi esclava.

Allí estaba, tumbada en el sofá durmiendo, desnuda, con las manos atadas a la espalda con la correa del collar que llevaba al cuello, la servilleta asomando de su boca entreabierta y los pezones rojos atrav...

Rocio, la esclava de María (5)

Continuamos...

ROCÍO, LA ESCLAVA DE MARÍA (5)

En el coche, camino de mi casa, podía notar la angustia de Rocío. Sus ganas extremas por tocarse, por correrse, y que tanto María como yo la habíamos prohibido desde nuestra primera sesión juntos. El vibrador que le había colocado en el coño debía ser una tortura infinita para ella, lo llevaba desde el trabajo, y a la máxima velocidad desde que terminamos el turno. La oía gemir de forma sutil en el asiento del pasajero. La había hecho subirse la falda hasta la cint...

Rocio, la esclava de María (4)

Sigamos...

ROCÍO, LA ESCLAVA DE MARÍA (4)

Casi no pude dormir esa noche, dándole vueltas una y otra vez a lo que había pasado en casa de María, y pensando en lo que ocurriría a partir de ahora, y para empezar esa tarde en el trabajo. La situación era tan nueva y radical para mí, que no sabía muy bien cómo comportarme, me sentía un novato. ¡Tenía tanto que aprender de María!

Cuando llegué al centro de control, vi que Rocío ya estaba allí, y como la había ordenado, llevaba una falda corta y una blusa, y...

Rocio, la esclava de María (3)

Continua...

Tras los hechos que ya conté, mi cabeza zumbaba con mil pensamientos, y me daba vueltas cada vez que imaginaba las posibilidades que María me había ofrecido, que me había puesto en bandeja de plata, con respecto a Rocío. Yo la miraba desde mi mesa y la veía desnuda, cumpliendo con gusto todas y cada una de mis perversiones. Empecé a idear una especie de lista de todas las cosas sucias y degeneradas que me gustaría hacer con ella. Tuve que apartar la vista de ella y centrarme en mi trabajo, porque me p...

Rocio, la esclava de María (2)

La continuación...

ROCÍO, LA ESCLAVA DE MARÍA (2ª PARTE) Pasamos toda la noche juntas, y ahora, al recordarlo, aún tiemblo de pensar todas las cosas que hicimos. Ella quería ser dominada totalmente y yo acepté hacerlo para ayudarla, aunque no supiera cómo, ya que no tenía ninguna experiencia. En cierto modo fue muy extraño, pues era ella la que me enseñaba y guiaba, y yo, la supuesta ama, la que aprendía de ella; yo seguía sus pasos e indicaciones, y si en algún momento algo me parecía demasiado fuerte o violento, su a...

Rocio, la esclava de María

Mi nueva vida comenzó esa noche...

Rocio, La esclava de María.

¡Dios, pero que atractiva estaba esta noche!, eran las tres y media de la mañana y no podía despegar los ojos de Rocio, una tremenda hembra de 37 años estupendamente llevados, uno sesenta de altura y un culo y unas tetas tremendos. Además esta noche llevaba la blusa negra a rayas y el pantalón negro que tanto me apasionan. He de reconocer que he estado enamorado de Rocio durante mucho tiempo, hasta que no tuve más remedio que decírselo y como no, ella me rechazó, c...