Engañado
No se debe firmar un papel si leerlo, ni para la persona que más quieres.
Esta historia comienza hace algo más de dos años. Mejor dicho, comienza en mi juventud, cuando los fines de semana. y siempre que podíamos, nos juntábamos el grupo de amigos. Éramos seis chicos y cinco chicas y nos dedicábamos a beber refrescos, escuchar música e ir a bailar donde fuese.
En el grupo había dos con coche (de los padres) y como éramos once, entrábamos cinco en cada uno y alguien, que cambiaba cada vez, en el maletero. Eran días felices, hasta que una de las chicas trajo a dos hermanas, p...